Que generamos una cantidad exagerada de basura que es preciso reducir es algo que todos ya conocemos.
Tal vez sobre lo que no estemos tan concienciados es en la magnitud del problema. En Europa se producen 5 toneladas de basura per cápita cada año, que se estima aumentará un 70% para 2050 si nos somos capaces de frenar su crecimiento.
Es sin duda urgente conseguir reducir drásticamente nuestros residuos, ya sea por la utilización de una menor cantidad de materias primas o por la reutilización de las mismas. Esa es la base de la economía circular, minimizar los residuos generados en la producción o reaprovecharlos convirtiéndolos en materias primas de procesos productivos propios o ajenos. De esta forma, transformamos nuestro modelo productivo lineal en el que las materias primas son transformadas en productos y residuos que son desechados, en un modelo circular en el que los desechos se reaprovechan en círculos productivos de repetición infinita.
Pero la realidad demuestra que hemos avanzado muy poco en circularidad. A fecha de hoy, tras cinco años desde el lanzamiento del primer plan de acción en Economía Circular, sólo el 12% de las materias primas utilizadas en la industria europea proceden de material reciclado. Y, si seguimos al mismo ritmo de utilización de materia prima virgen, para 2050 se estima consumir recursos equivalentes a tres planetas como el nuestro. Es por ello que la Unión Europea acaba de lanzar en marzo su
nuevo plan de acción para la Economía Circular, en el que se prioriza la reducción y reutilización de materiales y recursos, por delante del uso de nuevas materias y desarrollo de procesos alternativos.
Pero la empleabilidad de los residuos no es tan fácil. Una primera problemática a resolver es la creación y establecimiento de procesos de recogida selectiva para todos los residuos. Si bien es cierto que hay materiales que cuentan con procesos de recogida consolidados, como es el caso del vidrio, el papel y cartón, o los envases, hay muchos deshechos que no tienen ningún sistema de recogida establecido. Encontramos un gran ejemplo en el sector textil. Según estimaciones de AITEX, se generan en España unas 900.000 toneladas anuales de residuo textil, y tan sólo el 10% se deposita en contenedores específicos para su recogida, y el resto acaba en el vertedero.
Una vez solucionado el sistema de acopio de materiales residuales, un segundo reto es conseguir una transformación de los residuos en materias primas recicladas de calidad que faciliten nuevos procesos productivos eficientes. Si analizamos el caso de los plásticos biodegradables compostables, que tienen la peculiaridad de convertirse en materia orgánica tras un proceso de transformación, uno de los grandes hándicaps al que nos enfrentamos es que en muchos casos no existen plantas para tratar industrialmente esos residuos y convertirlos en compost. Y, en cualquier caso, a pesar de tener instalaciones de compostaje industrial, el abono generado no suele alcanzar la calidad necesaria para que los productores agrícolas estén interesados en utilizarlo en los campos. Asegurar una calidad mínima de los materiales reciclados es algo en lo que se debe seguir trabajando en todos los sectores.
Y por último, para dinamizar el uso de materiales reciclados es absolutamente indispensable generar mercados alternativos para los productos secundarios obtenidos de los procesos de reciclaje. Si los materiales reciclados no encuentran una salida para su reutilización, todos los pasos anteriores no servirían de nada. El plan de acción europeo para la Economía Circular indica expresamente el reto que supone para estos materiales competir con los materiales vírgenes en cuanto a “seguridad, desempeño, disponibilidad y coste”, e insta a avanzar en el terreno de la estandarización y a promover la apertura de mercados internacionales, lo cual a veces es muy difícil porque las empresas están buscando suministros reciclados locales, cercanos a sus enclaves productivos.
En cualquier caso, si los retos son importantes, todavía mayor es la urgencia que tenemos todos de encontrar soluciones en estos ámbitos y en otros muchos. No tenemos otra opción. Así que busquemos cada uno la manera de avanzar en la reutilización y reciclado de todos los materiales, tanto en nuestro entorno profesional como en el particular. Desde el Comité de Economía Circular de EVAP estaremos encantadas de atender vuestras dudas y poder facilitaros esa búsqueda, porque esta batalla para salvar el planeta la tenemos que ganar todos juntos.