El viernes pasado tuvimos el taller que con tanto cariño había preparado para mis compañeras de EVAP.
Es un tema que me apasiona: Las Fortalezas. Esas piedras preciosas que cada una poseemos y que a veces no somos conscientes de lo que pueden representar en nuestras vidas y lo que podemos conseguir a través de ellas.
Comenzamos el taller dándonos una “pequeña ducha mental” para limpiar nuestros pensamientos negativos, nuestro estrés, todo aquello que nos impide ver con claridad. Lo hicimos a través de una pequeña práctica de mindfulness.
Después de conseguir estar todas en la misma o parecida sintonía entramos de lleno en el tema y que mejor que definiendo que son las Fortalezas: son esos rasgos positivos de personalidad que moldean nuestro buen carácter y contribuyen a disfrutar de una vida en plenitud. Para ello debemos apoyarnos en nuestro esfuerzo y nuestra voluntad.
Las fases del desarrollo para entrenar nuestras Fortalezas son:
1.Identificarlas
2.Explorarlas
3.Aplicarlas
Las Fortalezas las podemos agrupar en 6 grandes grupos como podéis ver en el esquema que viene a continuación:
Una vez vistos los grupos estuvimos analizando cada uno de ellos viendo las diferentes fortalezas que hay en cada uno:
I.Sabiduría y conocimiento
1.Curiosidad
2.Amor por el conocimiento
3.Juicio
4.Ingenio
5.Inteligencia social
6.Perspectiva
II.Valor
7.Valentía
8.Perseverancia
9.Integridad
III.Humanidad y amor
10.Bondad
11.Amor
IV.Justicia
12.Civismo
13.Imparcialidad
14.Liderazgo
V.Templanza
15.Autocontrol
16.Prudencia
17.Humildad
VI.Transcendencia
18.Disfrute de la belleza
19.Gratitud
20.Esperanza
21.Espiritualidad
22.Perdón
23.Sentido del humor
24.Entusiasmo
Vistas las distintas Fortalezas hicimos un ejercicio en el cada una detectaba sus fortalezas y las compartía con el resto del grupo. Fue una experiencia muy interesante y gratificante.
Para poder desarrollar mejor nuestras fortalezas es conveniente crear un Plan de mejora que os pongo a continuación. Así de una forma sencilla conseguiremos ver y seguir el planteamiento que nos hemos trazado.
Al final del taller tuvimos una interesante experiencia de meditación a través de la degustación de un trozo de chocolate negro. La cual nos dejaba como mensaje que la vida es como un trozo de chocolate negro. Tiene matices amargos y matices dulces, todo depende de dónde pongamos el foco.
Muchas gracias a todas las asistentes porque con vuestras valiosas aportaciones, creamos un bonito espacio donde compartimos y sentimos experiencias.