El nepotismo familiar, las intromisiones ajenas a la empresa por parte de familiares y los distintos modos de sentir la cultura del negocio son algunas de las causas que analizaron en este taller participativo que provocan la no profesionalización de la empresa familiar, y por lo tanto, que sean menos productivas y eficientes de media que las no familiares. Existen herramientas y metodología para solucionarlo.
Ambas compañeras son Máster en Dirección de Personas, siendo Isabel licenciada en economía y experta en Inteligencia Emocional y María José abogada, mediadora mercantil y de familia, experta en empresa familiar por la HEC de Montreal. Provenientes de empresas familiares, han experimentado diversas situaciones desde muy jóvenes y se plantearon cuestiones como ¿por qué mantener la empresa y la familia unida? ¿Cómo conseguir un buen clima en la empresa para crecer? ¿Tenemos todos la misma visión empresarial? ¿Cómo lo articulamos?
¿Cómo trabajar con un ex o su familia cuando la empresa funciona? ¿y si ninguno de los hijos parece interesado en continuar el negocio?
En el taller se trató la importancia de una buena comunicación, del análisis de la situación, los tres círculos familia-propiedad-empresa, las herramientas y metodología para anticiparse y solucionar los desencuentros y tensiones en el seno de la empresa y de la familia. La más conocida es el protocolo familiar en el momento de la sucesión. La creación de alianzas de convivencia consensuadas genera valor en la empresa. Y de eso se trata, de crecer y perdurar.
Fieles a su forma de trabajo, Isabel y María José ofrecieron a las asistentes un espacio de conexión entre todas al finalizar el taller con un desayuno en el que compartir inquietudes y motivaciones.
Autoras: Isabel Gausí Carot y María José Sánchez Martí