La incertidumbre y el cambio es la constante que acompaña a las empresas y profesionales. Es necesario detectar conexiones, posibilidades y relaciones, con objeto de aunar talento y construir soluciones amplias que incluyan en su elaboración a todos los stakeholders.
El camino a la innovación es metodológico y caóticamente ordenado teniendo dos macro fases: la de la creatividad divergente y la de la creatividad convergente o gestión de proyectos.
El camino existe, pone en valor los múltiples recursos de todo el equipo y permite llegar a la sostenibilidad en el mercado de la organización. ¡Empecemos!
El proceso de la innovación, puede dividirse en cuatro fases distintas: descubrir, definir, desarrollar y entregar. Las dos primeras fases corresponden a procesos de pensamiento divergentes.
Metodología
En la fase DESCUBRIR se empieza con ideas “en bruto” sobre lo que se cree que es la situación a corregir, el problema a tratar o las nuevas oportunidades a descubrir. Según la Ley de Pareto, el 20% de las causas, explican o dan respuesta al 80% de los retos a resolver. Esta es una fase de investigación en la que utilizaremos herramientas cualitativas en la búsqueda de la comprensión del desafío a asumir.
En la fase DEFINIR la interpretación de los retos se alinean con los objetivos de la organización y se focaliza en equipo consiguiendo centrar el reto sobre el que se va a trabajar para desarrollar las ideas.
En la fase DESARROLLAR se exploran posibilidades y se visualizan conceptos maduros para construir soluciones. Una idea sin ejecución no vale nada.
En la fase ENTREGAR la idea materializada se pone en marcha y se muestra al cliente para su validación, corrección o rechazo.
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